Día 6: Sevilla

Poco antes de las 9 nos pusimos en marcha, aquella mañana hacía un frío horroroso, y es que en esos días estábamos con la ola de frío por España; pero lo gracioso es que las dos últimas veces que hemos ido a Sevilla nos ha pillado allí la ola de frío.

Comenzamos por la CASA PILATOS, la planta baja la haces por tu cuenta con audio guía y la planta de arriba con guía, pillamos la visita de las 10’30 y el precio de la vista completa, eran 8 € cada uno. Está visita nos decepcionó bastante, no solo no nos avisaron de que estaban de restauración de algunas cosas, sino que además los andamios estaban por el medio, así como también los currantes; nunca me ha gustado que cuando algo este de obras ni te avisen y además te cobren la entrada completa, me parece una estafa.





Volviendo hacia el centro pasamos por la Iglesia del Salvador y decidimos entrar a verla (3 €), la iglesia está bastante bien.

Luego fuimos hacia la Catedral, pero claro era mediodía y tenía una buena cola, así que decidimos dejarla para más tarde.

Decidimos acercarnos al río para hacernos las fotos con la Torre del Oro.




Luego pusimos rumbo hacia la Iglesia de la Macarena (gratuita), la visita fue bastante breve como suele ser normal cuando visitamos iglesias.

Como ya se iba a cercando la hora de comer algo, decidimos buscar uno que vimos el sábado que estaba completamente lleno; se llama “LA BODEGA” y está localizado en la Plaza de la Alfalfa. Y claro tanta gente no se podía equivocar, pedimos nuestras cañas como siempre y unas aceitunas, para ir pensando que elegir, y nos decidimos por los montaditos de jamón, que estaban de vicio, tanto que repetimos, no nos planteamos pedir otra cosa; nos costó 15 €.

Luego al volver hacia nuestro hotel, hicimos otra paradita para tomar alguna tapa más en nuestro habitual “LA SACRISTÍA”.

Volvimos al hotel, revisamos correos, y sobre las 3 y algo, volvimos hacia la Catedral, cerraba a las 5 así que teníamos tiempo de sobra; la entrada 8 €. Visitamos la CATEDRAL en plan rápido, y luego subimos a LA GIRALDA y ya no había casi gente. Alfredo se llevó una decepción cuando vio las rampas, porque no lo sabía, yo sí porque había subido con mis amigas hace unos 20 años.




Después volvimos a la PLAZA DE ESPAÑA, ya que nos apetecía verla un poco más tranquila que ayer, y aunque había gente, no tenía nada que ver con el domingo; y además la luz del atardecer de esas horas era preciosa.




Después de unas fotitos, paseo y cervecita, tapeo-cena en “LA SACRISTÍA”. Y luego al hotel que lo teníamos  2 minutos.

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