Ruta

Cuando pensamos en el viaje a Andalucía, la idea inicial era ir en nuestro coche, pero con los precios que tenía Ryanair, preferimos organizarlo con avión y coche de alquiler para algunos días. Visitamos ciudades como Sevilla, que ya conocimos un poco; pero también visitamos ciudades como Cádiz, Jerez y Córdoba, las cuales no habíamos visitado nunca, y nos apetecían mucho.

Fechas: 8 al 17 de febrero de 2012.

Ruta del viaje:
Día 1: viaje.
Día 2: Jerez.
Día 3: Cádiz.
Día 4: pueblos gaditanos y Sevilla.
Día 5: Sevilla.
Día 6: Sevilla.
Día 7: Córdoba.
Día 8: Córdoba.
Día 9: Córdoba.
Día 10: vuelta.

Día 1: viaje

El vuelo de Ryanair tenía prevista su salida a las 21:55, una vez facturada la maleta, y pasado el control, anunciaban que se retrasaría 30 minutos. Cuando embarcamos parecía que íbamos a salir más o menos en hora, pero no fue así, al final se acabó retrasando 1 hora y salimos alrededor de las 23:00; casualmente cuando acabó el partido de fútbol de Copa del rey, Barça-Valencia.

Llegamos pasada la medianoche al aeropuerto de Sevilla, camino a la terminal decidimos que yo me quedaba esperando la maleta, y Alfredo se iba a por el coche.

La maleta salió bastante pronto, como suele ser normal en estos vuelos; pero nuestro temor era que nos cerraran la oficina para recoger el coche. Cuando llegamos a la zona de recogida de equipajes la ventanilla de Auriga Crow (alquilado a través de ealquilerdecoches) estaba cerrada, así que preguntamos en la de al lado que era de otra compañía, y nos dijeron que sí que estaba abierta, que saliéramos y fuéramos por la otra parte de la ventanilla; y efectivamente estaba abierta, nos estaban esperando. Al final pagamos 25 € más por el seguro, a esas horas no teníamos ganas de discutir, supuestamente era un Ford Fusión, que se convirtió en un Opel Corsa.

Nos dijeron que el depósito estaba a 1/4, y eso es lo que ponía en el papel, pero nos lo encontramos lleno. Pusimos la dirección del hotel en nuestro GPS y cogimos carretera, llegamos en menos de 10 minutos. El Hotel Sevilla Congresos, es de los más cercanos al aeropuerto y tenía un buen precio.

Cuando entramos en la habitación no me podía creer el calor que hacía, tuvimos que abrir la ventana de par en par un buen rato.

Día 2: Jerez

Kilómetros aproximados: 95.

Al día siguiente cuando bajamos a desayunar, no me podía creer el frío que hacía en el salón de desayunos (debe ser una técnica para que te vayas pronto).

Tras el desayuno, cogimos maletas rápidamente y al coche, salimos a las 9’30 más o menos, el termómetro del coche en esos momentos marcaba 2 grados, y debía ser verdad, porque el coche estaba congelado.

Fuimos directos a la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre (previamente habíamos comprado las entradas por internet), dimos una vuelta por allí mientras esperábamos que se hicieran las 12 que era la hora que comenzaba el espectáculo “Como bailan los caballos andaluces”.



El espectáculo fue el motivo principal de ir a Jerez, ya que nunca lo habíamos visto, y la verdad es que si nunca has visto un espectáculo de este tipo está muy bien. Las entradas nos costaron 25 € a cada uno, ya que elegimos las de Preferencia, que son las filas 1 y 2 (a nosotros nos tocó la fila 1); tienes que pasar por taquilla para canjearlas. Luego una  vez allí compramos la entrada para ver el resto de lugares de la escuela, esta costó 6 € (algo caro para lo que se ve).

Desde nuestras localidades se veía genial, durante el descanso aproveche para salir a coger calorías tomando el sol, ya que dentro el ambiente era bastante frío, y con lo friolera que soy yo estaba hasta con guantes.

No hay fotos del espectáculo, porque dentro está prohibido, y es prácticamente imposible, los empleados tienen montado un sistema que se avisan de una parte a otra por señas, y pocos son los que se les escapan.

El espectáculo con descanso incluido duraría alrededor de 1’30 horas, luego fuimos al Museo del Enganche (incluido en el precio de la entrada), que está en una calle de al lado, y nos fue un poco lioso llegar porque estaban en obras. El museo está bastante bien, como su nombre indica están los enganches, algunos carruajes, y también unas cuadras donde puedes ver los caballos de cerca.

Después volvimos al coche, para ir al Hotel Itaca, pasamos y dejamos las maletas, y enseguida nos dirigimos al parking que tienen concertado que se encuentra muy cerquita, y que costaba 11 € al día; la calle del hotel era zona azul.

Tras hacer el check-in fuimos a comer, y como no vimos así rápidamente uno que nos gustara, fuimos a un Pizza Hut que estaba muy cerquita, y que previamente habíamos localizado, por si no encontrábamos alguno, y por si se nos hacía un poco tarde para comer.

Y después ya nos dedicamos a callejear Jerez, comenzamos por un edificio muy famoso y muy emblemático “El Gallo Azul”.


Continuamos nuestro paseo hacia la Catedral y el Alcazar, ambos estaban cerrados, y luego nos dedicamos a hacer tiempo, hasta que se acercara la hora de la visita de las bodegas.



Elegimos las Bodegas “Tío Pepe” y la hora de visita las 18’30, para que nos diera tiempo de ver la ciudad y no nos partiera la tarde. La vista con tapa son 16 € (con eso te dan al finalizar una tapita y 3 vinos). La reserva la hicimos por internet en su página, allí tan solo te mandan un mail de confirmación, el pago se realiza al recoger las entradas.



Pensábamos que íbamos a realizar la visita solos con la guía, porque no oíamos a nadie más hablar español, pero cuando llegó la hora aparecieron 2 guiris ya entrados en años que la iban a hacer también en español.

La visita nos gustó mucho, primero te suben en un trenecito y te llevan a un par de sitios y luego ya se continúa andando, vas viendo un montón de almacenes y salas. Por cierto he de reconocer que es un logo que siempre me ha gustado mucho.


Los dos guiris (ya jubilados) dominaban el español bastante bien, pero claro habían palabras que se les escapaban, y entre la guía y nosotros intentábamos hacérsela entender; ya sabéis que nuestro idioma tiene palabras que significan un montón de cosas, y eso a ellos les lía. Fue sobre todo en la cata de vinos, al finalizar la visita, cuando comenzamos a hablar con ellos, nos preguntaron de donde éramos nosotros, ellos nos contaron que uno era de la Isla de Man y el otro de Southampton, que ya habían venido no se cuantas veces a España; hablamos de fútbol. Y la verdad es que eran muy agradables. Al despedirnos nos dijeron que al día siguiente se iban a Cádiz, y nosotros les contestamos que vaya casualidad, que también íbamos a Cádiz.

Tras la visita a las bodegas que duraría alrededor de 2 horas, ya era hora de tomar unas tapas, elegimos el famoso “Bar Juanito”, donde nos pedimos unos riñones al Jerez, que no estaban mal, nuestra intención era quedarnos; pero llegaron unos guiris que llevaban unos vinos de más, hablaban a gritos y tenían una actitud no muy amistosa, así que decidimos irnos a otro.

Elegimos uno pequeñito que está al fondo de la Plaza El Arenal, durante la tarde habíamos pasado unas cuantas veces y siempre nos decían algo, sin ser muy pesados; el local no era gran cosa, y dentro sólo habían gente local, pero las tapas estaban buenísimas, y de precio muy bien.

Después paseando en pocos minutos llegamos al hotel y a dormir.

Día 3: Cádiz

Kilómetros aproximados: 40.

Sobre la que fue nuestra hora habitual, las 9 de la mañana, nos pusimos en marcha. Al llegar a Cádiz, fuimos directamente a un parking que habíamos localizado previamente y que estaba cerquita del hotel, ya que el hotel no tenía. Tras aparcar el coche y llegar al hotel, dejamos las maletas en consigna y comenzamos nuestra jornada turística.

Catedral

Lo primero que visitamos fue la TORRE TAVIRA (5 €), además de sus vistas desde la terraza en la que divisas prácticamente toda la ciudad, la visita a esta torre es interesante porque tiene una Cámara Oscura, que sino se ha visto ninguna como era nuestro caso, es algo bastante curioso.


Luego nos fuimos a pasear por Campo Sur para poder tener la típica imagen de Cádiz con su catedral, que es bien bonita.




Seguimos paseando y nuestra intención era visitar el Castillo de San Sebastián, pero estaba totalmente en obras.

Bajamos a la Playa de las Caletillas, y estuvimos un ratillo por allí.


Entramos en el Castillo de Santa Catalina, que sí se podía visitar, y aunque no es gran cosa, siendo gratuito no esta mal.

Y dejamos de bordear el mar para adentrarnos a buscar el famoso Teatro Manuel de Falla.


Alguna foto más de nuestro paseo.



Después tomamos un par de tapas por la Calle Zorrilla, y volviendo hacia el hotel como nos habíamos quedado con hambre entramos en “100 Montaditos” para comer algo más.

Al salir, allí en la Plaza de la Catedral vimos a nuestros amigos guiris, con los que estuvimos charlando un rato. Al irnos les sugerimos quedar con ellos por la noche para salir de cañas y tapas, pero nos dijeron que no podía ser ya que ellos volvían a Jerez, y que si se quedaban de cañas sabían que perderían el tren de vuelta.

Decidimos pasar por el Hotel Patagonia para ver si ya estaba nuestra habitación, e instalarnos; aunque como también íbamos a dormir sólo una noche, había poca maleta que deshacer. Y con el típico “me tumbo un ratito pero no me duermo”, pues como era de esperar nos quedamos fritos durante un ratillo.

Tras la mini siesta pusimos rumbo a la Plaza España, pero nos la encontramos completamente de obras, no había rincón que se escapara del andamio. Y tras esta visita fallida, y aprovechando que desde allí mismo salía el bus, nos fuimos al Estado Ramón de Carranza, una pena no haberlo visto por fuera antes de la obra, porque al verdad es que no luce nada todo encajonado. Buscamos la tienda para comprar algún regalito a un amigo que es del Cádiz.

Y ya volvimos hacia Campo Sur de nuevo para ver el atardecer, se nos hizo un poco tarde pero aún pillamos algo de luz para las fotos.




Nuestra jornada turística la dábamos por finalizada, así que era el merecido momento de tomarse una cervecita, mientras hacíamos hambre.

Y luego para tapear fuimos a uno que habíamos vimos al mediodía lleno por la Calle Zorrilla, que no estuvo mal, pero no nos acabó de convencer. Sin embargo luego rematamos en uno muy pequeñito que elegimos un poco al azar, y sus montaditos de jamón (bocadillos) estaban buenísimos, y además baratos.

Después paseando tranquilamente, vuelta al hotel.

Día 4: pueblos gaditanos y Sevilla

Kilómetros aproximados: 250.

A pesar de habernos despertado prontillo, sobre las 7, estábamos un poco perezosos y no fuimos capaces de ponernos en marcha hasta las 9.

Hoy íbamos a visitar unos cuantos pueblos de la provincia gaditana, antes de llegar a Sevilla, que era nuestro destino.

Pusimos rumbo a VEJER DE LA FRONTERA, pueblo del que habíamos visto imágenes muy bonitas. Cuando llegamos, nos encontramos el pueblo completamente solitario, los turistas todavía no habían llegado y la gente del pueblo aún no había salido de casa.









Callejeamos sin rumbo por sus tranquilas calles, y disfrutamos de sus rincones solitarios, luego al final de nuestra visita ya empezaba a llegar algún turista y la gente del pueblo comenzaba a salir.











Que decir de este pueblo, que si estás de visita en Cádiz es imperdonable no acercarse hasta Vejer, en menos de 1 hora se llega a este precioso pueblo.

Camino al siguiente destino, paramos en Medina Sidonia, una vueltecilla rápida hasta la iglesia, y de nuevo al coche; este ya nos pareció totalmente prescindible.



Al llegar a ARCOS DE LA FRONTERA, aparcamos en un parking público subterráneo que vimos al llegar y continuamos hacía el pueblo antiguo, pasamos por turismo con la intención de coger un mapa para hacer la visita, pillamos la oficina abierta por los pelos y el mapa había que pagarlo, creo recordar que valía 50 céntimos.




Dimos una vuelta por el pueblo siguiendo los puntos interesantes del mapa, también mientras, íbamos buscando sitio para comer y al final tras acabar la  ruta turística decidimos volver a la zona del parking (Parking Andalucía), porque por allí cerca habían varios sitios.

Elegimos uno que estaba bastante lleno, “PLAZA 8”, y fue todo un éxito, comimos por 14 € varias tapas, todas buenísimas, y todo muy barato (tapas a 2 € y cañas a 1 €). Totalmente recomendable.

Antes de irnos definitivamente de Arcos, volvimos sobre nuestros pasos por la carretera por donde habíamos venido, ya que desde allí es desde donde se obtienen posiblemente las mejores fotos de Arcos de la Frontera.



Y después rumbo a Sevilla, habíamos preguntado en el bar cual era la mejor opción para llegar a Sevilla y nos dieron que volviéramos hasta los alrededores de Jerez para coger la Autovía del Sur; que era la misma por la que días ante habíamos ido de Sevilla a Jerez, el peaje creo que fueron 6 €.

Una vez en Sevilla fuimos directos a un parking que habíamos localizado cerca del hotel, que lo teníamos en el Barrio de Santa Cruz; del parking al hotel no había mucha distancia, pero como había que cruzar los Jardines de Murillo, con la maleta de 4 ruedas es una tortura.

Por fin llegamos al Hotel Murillo, tras el check-in dejamos las maletas en la habitación, y volvimos al parking, para coger el coche, e ir a devolverlo al aeropuerto. Como había que devolver el coche con el deposito tal como nos lo habíamos encontrado, que según el contrato era 1/4, pero no se si recordareis que estaba lleno; pues al final lo devolvimos con lo pactado, 1/4, así que no llegamos a repostar; eso debió de ser algún guiri que pensaba que tenía que devolverlo lleno, seguro.
 
Luego fuimos al autobús, esperamos un poco pero tampoco mucho, entonces tenía una frecuencia de 2 o 3 cada hora; valía 2’40 €. El trayecto duraría unos 20 minutos.

Al bajar del bus, ya era de noche y nos dedicamos a callejear, cruzamos el río y fuimos zona de la Calle Betis, desde allí hay unas buenas vistas de la Torre del Oro y de La Giralda.



No se si era por la hora o que, pero nos pareció muy diferente a la Calle Betis que vimos cuando estuvimos en el 2004; vimos muy poca vida, los únicos locales con algo de ambiente eran los que estaban en la orilla y los precios eran prohibitivos o ni siquiera tenían los precios; vimos muchos locales cerrados. Teniendo en cuenta que era sábado por la tarde, pensamos que estaría más animada; de hecho nuestra intención inicial era cenar por allí, pero rápidamente descartamos la idea.

Así que volvimos a nuestra parte del río, callejeamos un poco por nuestra zona, y tomamos unas tapas, aunque tampoco había mucha hambre; y luego al hotel.

Día 5: Sevilla

Nos despertamos como siempre, pero tampoco había mucha prisa en levantarnos, ya que estábamos en pleno centro y hasta las 9’30 no abrían los lugares turísticos.

Vistas desde la terraza del hotel

Tras el desayuno salimos hacia el ALCAZAR, que abría a las 9’30 y llegamos tan pronto que todavía estaba cerrado, así que nos refugiarnos del frío en una tienda de souvenirs que hay enfrente.



Cuando entramos el de seguridad nos dijo que éramos los primeros, no nos podíamos creer que ningún japonés o chino no nos hubiera adelantado; la entrada eran 8’50 € cada una.



No me gustó nada el plano que daban, hicimos una visita rápida haciendo fotos, aprovechando que no había gente, y luego ya esperamos a que llegará alguno para que nos hiciera alguna foto a los dos juntos.




Una vez dentro hicimos la visita de las habitaciones privadas (Cuarto Real Alto, horario 10 a 13 horas), que están localizadas en el primer piso. La visita se hace con audio guía y un seguridad que te acompaña durante todo el recorrido. Nosotros hicimos la visita los dos solos, acompañados del de seguridad por supuesto. El precio de los tickets eran 4’20 € cada uno, y la visita esta bastante bien, aunque sumando las dos entradas es un poco caro; pero ¿cómo ir a Sevilla y no visitar el Alcazar?.

Tras la visita del Alcazar, salimos a los Jardines, que nos defraudaron bastante, ya se que era invierno, pero no me parecieron gran cosa ya que prácticamente no había ninguna fuente en marcha; y así lucía bien poco.





Después pasamos por el COSTURERO DE LA REINA, que si bien es un edificio pequeño y actualmente en su interior tiene una Oficina de Turismo, es un edificio bastante curioso y merece la pena acercarse para verlo por fuera.


Luego estuvimos paseando un rato por el Guadalquivir, donde vimos atracado un barco de Croisi Europe, que realiza un crucero por ciudades de Andalucía.

Tras el paseo, nos fuimos a los JARDINES DE MARÍA LUISA, que al ser domingo estaban llenos de gente paseando. Primero fuimos al Palacio de Artes y Costumbres, localizado en el Pabellón Mudejar. Este bello edificio fue construido con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. No llegamos a entrar, pero merece la pena acercarse para admirar su exterior.

Palacio de Artes y Costumbres



Y finalizamos como no, en la famosa PLAZA DE ESPAÑA.






Evidentemente no dejamos de visitar nuestra provincia, como suele hacer todo el mundo, aunque estuvimos poco tiempo ya que estaba a la sombra.


Volvimos hacia los rededores de nuestro hotel para ir a tapear al que fue uno de nuestros lugares favoritos, está en la Calle Mateos Gago (la que hay detrás de La Giralda), y el lugar se llamaba “LA SACRISTÍA”; la comida nos costó 33 € pero es que habían tantas cosas que nos apetecían, que pedimos un montón de tapas y además medias raciones, por supuesto acompañadas de sus cañas de cerveza.

Tras la comilona que nos dimos, no nos pudimos resistir a echarnos una siestecilla. Después cuando nos levantamos, disfrutamos de algunos rincones de la ciudad que estaban muy tranquilos.


Y más tarde hicimos una ruta que sacamos de Internet (no recuerdo de donde), pero era un poco liosa y sin mucho sentido, al final acabamos ya de noche en la Plaza de la Encarnación, frente a una cosa llamada Metropol, que no sabíamos ni que existía.

Al METROPOL se pude subir en ascensor por 1’30 € (creo que los sevillanos gratis), sus vistas son bonitas porque divisas la ciudad desde arriba, incluida la Giralda. A mi no me gusto nada esa cosa en esa plaza, tan solo sus vistas; sin embargo a Alfredo no le disgustó.




Luego comenzamos a volver hacia nuestra zona, pero como íbamos paseando y no miramos muy bien por dónde íbamos, pues nos liamos y tardamos bastante.

Al llega a nuestra zona, alguna tapita en “LAS COLUMNAS” (un clásico en la zona), aunque tampoco había mucha hambre. Luego al hotel, ya que hacía bastante frío y no apetecía pasear.