Día 10: vuelta

A este viaje ya no le quedaba nada más que hacer las maletas, y a las 9’30 nos recogía nuestro amigo Fran para acercarnos a la estación de trenes.


Nos despedimos y tras la vueltecilla de rigor por la estación nos fuimos a buscar la vía de nuestro tren. Tenía la hora fijada en la 10:26, era un Alaris que llegó más o menos puntual.

Habíamos elegido asientos en el sentido de la marcha, pero eso es sólo hasta Alcazar de San Juan, que es mitad de camino más o menos, allí pasamos a ir en sentido inverso a la marcha del tren. El viaje duró alrededor de 6 horas. Hacía un montón de tiempo que los dos no viajábamos en tren, y creíamos que se nos haría más pesado, pero estuvo bien. Alfredo se pasó la mayor parte del viaje leyendo un libro, y yo me dedique a comenzar a organizar las fotos de estos días y luego leí una revista de fotografía que me había comprado en la estación. Al final llegamos con casi media hora de retraso, sobre las 5 de la tarde. Nos recogió una hermana da Alfredo para llevarnos a casa, cosa que siempre se agradece.

Cuando llegamos a nuestro piso, que es una neverita nos lo encontramos ni más ni menos que a 11º, después de la ola de frío y con tantos días sin poner la calefacción, aquello era una nevera; así que no pare deshaciendo la maleta y recolocando los imanes.

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